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Vida Sana
28 de septiembre de 2016 12:34

¡Atención con esos calambres! al practicar deporte

Los calambres también se producen cuando existe un sobreentrenamiento. Foto: Archivo ÚN

Los calambres también se producen cuando existe un sobreentrenamiento. Foto: Archivo ÚN

Redacción Vida Sana
(I)

Después de 35 minutos de actividad, una jugadora de fútbol cae, se toma la pantorrilla con ambas manos y empieza a gritar. Llama la atención del resto de jugadoras y de la hinchada, pues aparentemente cayó sin que nadie le cometiera una falta.

¿Qué le pasó? La jugadora sufrió un calambre. ¿Se le hace familiar la imagen?
Esa molestia se produce por una contracción del músculo. Según el deportólogo Óscar Vizuete, se origina por deshidratación, ausencia de una rutina de calentamiento, falta de potasio y hasta por sobreentrenamiento. También influye la menstruación y el exceso de alcohol y medicamentos.

¿Cómo socorrer a los afectados? La sugerencia del especialista es la de estirar la zona afectada. Si se trata de la pantorrilla, por ejemplo, debe estirarle la pierna e intentar llevar la punta del pie hacia adelante, como si quisiera tocar la canilla. También sirve un ligero masaje, pues el calor relaja al músculo.

Los calambres suelen aparecer con frecuencia en el cuádriceps (parte frontal de la pierna), en la planta de los pies, en las manos, brazos y el abdomen.

Ponga atención

Hidratación
. Consuma entre dos y tres litros de agua al día. Así evitará los dolorosos calambres y se mantendrá hidratado.

Calentamiento
. Dedique entre 10 y 15 minutos a la puesta a ‘punto’ de los músculos y articu­laciones. Así evitará también lesiones más complicadas.

Estiramiento. Estos ejercicios reducen el dolor muscular, permitiéndole volver a entrenarse después de un corto descanso. ¡Recuerde! El tiempo sugerido para cumplir con esa actividad es de 15 minutos.

Alimentación. Consuma productos ricos en potasio. Ese mineral abunda en el plátano. Coma uno antes del entrenarse.

Masajes. Si un calambre le sorprende, masajee la zona afectada. El calor permite que el músculo vuelva a su estado normal y merme el dolor en la zona afectada.