Una lengua limpia 'borra' el mal aliento
Los mismos mimos que reciben sus dientes y encías necesita su lengua para mantener una correcta higiene bucal y así evitar el molestoso mal aliento.
Puede lavarla con un cepillo de dientes o con un raspador o limpiador. Los especialistas sugieren hacerlo después de lavar los dientes y encías, y antes de colocar el enjuague bucal.
La recomendable es limpiarla todos los días -mañana, tarde y noche-, pues sobre la lengua se alojan miles de bacterias que, además de mal aliento, causan caries y problemas periodontales.
Su lengua estará completamente limpia cuando a simple vista aprecie un color rosa, sinónimo de salud y de limpieza.
En caso de que el raspador lingual no surta efecto se sugiere visitar inmediatamente al dentista, pues también existen métodos especializados, con determinados productos, que ayudan a retirar las bacterias acumuladas.
Esos tratamientos también se recomiendan a las personas que sufren de mal aliento, también conocido como halitosis.
La limpieza de su lengua debe tomarle entre dos y tres minutos. Evite lastimarla, pues ese órgano interfiere en la masticación, deglución, succión, articulación de sonidos y más.
Su lengua también es responsable de sentido del gusto, por eso evite consumir productos demasiado fríos o calientes.
Un exceso podría ocasionar llagas y dificultar la ingesta de alimentos. Recuerde que las llagas dentro de la boca tardan en sanar, ya que todo el tiempo está dentro de un ambiente completamente húmedo.