Estrategia: escuelas sin violencia sexual

Los casos de abusos sexuales detectados en algunos centros educativos del país han producido perplejidad, irritación, desencanto y tristeza en la opinión pública. Porque resulta incomprensible que docentes -poco decentes- atenten contra los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, en los espacios escolares.
Orígenes
Las causas de este problema, según especialistas, son multifactoriales: la selección deficiente de los profesores, su formación inicial y continua, la desorganización de la familia, la falta de seguimiento a los hijos por parte de
los padres de familia, el silencio y la complicidad, la impunidad derivada de una justicia lenta y a veces ausente, y de una sociedad indiferente. Las leyes y reglamentos, por lo visto, no bastan.
Mapa de intervención
Los lamentos sobran; es hora de actuar de manera concertada con estrategias de carácter integral, que abarquen acciones participativas y consensuadas, que lleven a construir un sistema o mapa de intervención, de carácter interdisciplinario, en el que participen el Estado -ministerios de Educación, Justicia, Interior, Seguridad, Inclusión Social y Salud- con la sociedad civil organizada, el sector privado, los centros educativos -sin excepción-, los padres de familia y las universidades, más todas las confesiones religiosas.
La tarea es ambiciosa pero necesaria y urgente, como una política pública articulada a los derechos humanos, anclados, de manera preferente, a la familia y la educación, con el soporte claro de un proyecto nacional de comunicación multimedia: radio, prensa, televisión, Internet, redes sociales y medios alternativos.
Premisas
Abordar el tema de la violencia en las escuelas es, sin duda, una tarea permanente y sistémica, y no esporádica o de corto plazo. Es poco plantear una semana de derechos.
La comprensión e intervención sobre los comportamientos agresivos de los adultos, en los centros educativos requieren ponderación, seriedad y premisas alejadas de enfoques clínicos o meramente sancionadores.
Si bien las cifras nos alarman, cada caso en particular debe ser motivo de profundo análisis e intervención, con base científica y profesional.
Salud escolar
Otra premisa básica es diseñar la estrategia desde una perspectiva de calidad con equidad, asociada a la salud y la familia, rigurosa, contextualizada, lejos del escándalo, tendiente a respetar la dignidad de los niños. Y que la educación libre de violencia pase del discurso a la acción.