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5 de abril de 2021 17:34

Una casa nueva para los tesoros  arqueológicos en Quito

La reserva de bienes arqueológicos está en la  calle De los Ciruelos y avenida 10 de Agosto, en Quito. Foto: cortesía INPC

La reserva de bienes arqueológicos está en la calle De los Ciruelos y avenida 10 de Agosto, en Quito. Foto: cortesía INPC

Ana Guerrero
(I)

Una buena tanda de tesoros del Ecuador ya tienen nueva casa, en el norte de Quito. Son bienes arqueológicos que han sido encontrados en proyectos de investigación.

Esta reserva lleva el nombre de la arqueóloga pionera del país, Resfa Parducci (1915-2008).

Hay joyas de trabajos arqueológicos como el desarrollado en El Tajamar, en Quito (con hallazgos asociados a lo periodos Formativo y de Integración); otro alrededor del Oleoducto de Crudos Pesados, que se hizo entre el 2002 y el 2003 (con vestigios del periodo Paleoindio hasta la ocupación tardía) y hasta lo hallado en las investigaciones relacionadas con el Metro de Quito.

En el último caso, no hay que hacerse muchas ilusiones, no es un gran cargamento. Pero, claro, detalla la directora de Áreas Arqueológicas del Instituto Nacional de Patrimonio, Victoria Domínguez, toda la información es importante. La reserva tiene una gran cantidad de vestigios de la Sierra, Amazonía y algo de la Costa.

Hay vasijas que dan referencia de contextos históricos y ayudan a reconstruir una secuencia cultural de las sociedades originarias del Ecuador.

La reserva se encuentra en la calle De los Ciruelos y av. 10 de Agosto. Y como da cuenta Domínguez. En el proceso participaron expertos en diferentes áreas.

Algunos de los vestigios catalogados. Foto: cortesía INPC

Algunos de los vestigios catalogados. Foto: cortesía INPC

Se habilitará una sala para que investigadores hagan consultas, a través de un catálogo. Se prevé que esté habilitada a finales de este mes. También habrá una sala para restauración, en caso de que se requiera, y la opción de seguir recibiendo piezas arqueológicas.

Y si se pregunta a qué se debe el nombre de la reserva, pues, resulta que Resfa Parducci fue una pionera en su campo. Arrancó sus trabajos excavando varios sitios arqueológicos en la cuenca del Guayas.

Parducci hizo aportes importantes en la clasificación, conservación y restauración de los materiales arqueológicos.

Y ahí no queda: se destacó por sus publicaciones sobre la arqueología de Guayaquil, etnomusicología, iconografía, conservación de restos óseos y malacológicos (moluscos) de la región.

Este personaje perteneció al llamado ‘Periodo Floreciente’ de la arqueología ecuatoriana, en el que también se destacan figuras como Emilio Estrada y Carlos Zevallos Menéndez.

Para 1962, Zevallos la incorporó al trabajo de auxiliar del Museo de la Casa de la Cultura-Núcleo del Guayas. A paso acelerado, fue de trabajos de secretaria a curadora del museo. Así lo recoge un extracto de ‘La Más Mimada: Resfa Parducci’, curaduría Amelia Sánchez (2015).

Y aprendió a restaurar objetos cerámicos y líticos, manejo de cámaras fotográficas, revelado de fotos, y la clasificación de objetos arqueológicos por su tipo y periodo.

Entre sus temas de estudio se cuentan: la etnomúsica, San Pedro de la Sabana y los Elementos Característicos de las Culturas Formativas del Litoral Ecuatoriano.

La profesional abrió una ruta para que el rol de otras mujeres del Museo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, como Irma Jarrín y María Antonieta Funes, se visibilice y se difunda.