Dayana, una campeona que te juega ‘la psicológica’
Desde pequeña, Dayana Folleco acreditaba condiciones para practicar deportes. Le hacía al atletismo y por la buena talla, también al baloncesto. Estudiaba en el Colegio Quito, en el sur de la ciudad, y siempre le llamaba la atención el hecho de que los deportistas de taekwondo se entrenaban corriendo ‘a pata llucha’ por las instalaciones de aquel centro educativo.
Su profesor de cultura física era Guillemo Puga, quien a la par entrenaba a los nuevos talentos del taekwondo en la Concentración Deportiva de Pichincha. Al verla cumplir con éxito los ejercicios en clase, Puga detectó cierta madera en la joven para la práctica del arte marcial.
“Me dijo que venga a entrenarme en el taekwondo, que tenía condiciones. Yo no lo creía. Además, no era un deporte que me llamaba la atención y mi mamá (Mardeli Mina) me decía: “no te meterás en eso”. Pero él insistía tanto e incluso cuando yo practicaba atletismo él seguía insistiendo, hasta que vine y me gustó dar patadas”, dice Folleco.
La deportista oro y grana hace esta confesión sentada en las gradas del coliseo de taekwondo de la Concentración Deportiva. El cambio de deporte le vino de perlas.
Si bien el taekwondo es un deporte de iniciación temprana, a la campeona no le costó mucho empezar a mostrar resultados. En estos 9 años practicando el arte de dar golpes en el dojo, Folleco ha conseguido logros importantes, como la medalla de plata en los desaparecidos Juegos de la Alba; fue campeona sudamericana en el 2012 en Buenos Aires; dos veces medallista de plata bolivariana: en el 2013 y el 2017.
La última presea fue el bronce en los pasados Juegos Sudamericanos de Cochabamba, Bolivia en este año.
Ahora, la meta es intentar llegar a los Panamericanos de Lima que comenzarán el 26 de julio del próximo año. Para lograrlo, deberá participar en el selectivo nacional que se realizará en los próximos días en el país. “Serán unas cuatro peleas. Planeo ganarlas todas y clasificarme sin problemas”, dice y en sus palabras y en lo fijo de la mirada se siente el convencimiento de que así será.
Folleco dice que la mirada es una gran lectora del momento de un deportista. Cuando está en un combate ha desarrollado la destreza para saber si su rival tiene miedo o está con dudas. Es en ese momento en el que va con todo al ataque. También se ha encontrado con adversarios que están decididos a dar pelea. Ella intenta someterlos de entrada, les mira agresivamente.
El entrenador Puga, su mentor, sigue dirigiéndola en sus entrenamientos en la Concentración. “Es una competidora innata, es una guerrera de la vida y una persona que ha sabido salir adelante. Tiene condiciones para seguir destacándose”.
A la par de su deporte, la campeona estudia Estadística. Folleco cree que deporte y números combinan perfectamente.
